El informe de las 360 horas

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Cuando el Partido Revolucionario Institucional estuvo en el poder, cada 1 de septiembre se daba un informe sobre los hechos y acciones de las funciones del gobierno durante ese año, pero ese momento era mejor conocido como "El Día del Presidente", y durante 70 años se mantuvo a un Estado totalitario, que fue desintegrado en el 2000, cuando el régimen cambió para ceder el poder al Partido Acción Nacional.

Empero, cuando Vicente Fox Quesada rindió protesta como el Jefe del Ejecutivo cada año siguió con la tradición priísta, que supuestamente rendiría cuentas a los mexicanos y explicaría el uso de los recursos a todos los ciudadanos; y así fue hasta que el proceso electoral de 2006 marcó una brecha entre la duda y la legitimidad de instituciones y actores que hoy detentan los Poderes de la Unión.

El primer día del noveno mes de 2006 el Partido de la Revolución Democrática había advertido a Chente que ni se acercara a la Cámara Baja a entregar su reporte porque no lo dejarían si quiera pisar el recinto, a pesar de las advertencias, el Exmandatario decidió ir, pero al no poder entrar tuvo que enviar el montón de hojas a Jorge Zermeño Infante, quien era el presidente de la Mesa Directiva. De tal forma que la tradición priísta fue rota en ese momento y ni siquiera por el consenso de los legisladores sino por el marco dudoso del proceso electoral.

Felipe Calderón tomó protesta en San Lázaro, en un ambiente crispado, rencoroso y amontonado por quienes se apoderaron de la tribuna de la Cámara. Estos hechos no son justificables, pero si estamos en un país que divulga la libertad de expresión pues estos actos son sólo eso, el reflejo de quienes estaban inconformes por la violación a la democracia en los comicios de ese año.

Hasta 2008 los diputados decidieron terminar de reformar los estatutos para la entrega de la glosa presidencial, y un día simplemente ya había quedado ese cambio en las leyes y ningún medio lo informó hasta que nuevamente el 1 de septiembre, Felipe de Jesús Calderón Hinojosa informaba, en entrevistas, que al fin había "terminado el Día del Presidente".

Nuevamente mintió y no sólo en lo que decía sino en la glosa que entregó Juan Camilo Mouriño. El Día del Presidente se había convertido ya en las dos semanas del Jefe del Ejecutivo, en los 15 días del Mandatario, en las 360 horas de Felipe Calderón.

A partir del 25 de agosto se comenzaron a transmitir spots que medio informaban sobre los cambios de la entrega de estos papeles al Congreso, algunos hablaban del incremento del empleo (sin contar que el IMSS y la STyPS duplicaron las cifras de trabajo por meter los temporales en los permanentes y "sin querer" alterar las estadísticas), la baja en los secuestros de casi 19% (mientras que Genaro García Luna, titular de la SSP, decía que el secuestro había aumentado hasta 9%; y quien por cierto es uno de los principales sospechosos en los casos de privación de la libertad,por estar coludido con las bandas de secuestradores)*; entre otros temas.

Y del primero de este mes al día 7, Calderón Hinojosa no sólo se dio el lujo de dar entrevistas de hasta media hora en los noticiarios, sino de anunciar por medio de spots de cinco minutos lo que contenía la glosa que se entregó ese día a César Duarte, actual presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados; que si el del medio ambiente, que si el de salud, que si el de la reforma energética, que si el de seguridad, blah, blah, blah...

¿Entonces qué? ¡Definitivamente se acabó el Día del Presidente! ¿O no?

Y demos la bienvenida a los 21 mil 600 minutos, quizá hasta más porque la actividad mediática continúa, del Mes del Presidente. Bienvenido el nuevo régimen político blanquiazul, pacifista, seguro y moderno.

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